Anuncio del escribano
Descifro ritos cartománticos espanto dudas de amor escribo cartas para amores contrariados leo los surcos de las manos y vislumbro entre nieblas y penumbras la palidez de la rosa naútica
Describo los hechizos de las mareas y reconozco por el vuelo de las gaviotas los posibles encuentros de amores imposibles
En los turbios atardeceres de los puertos huelo el salitre y determino con la precisión del asesino las crepitaciones del amor sin freno
Hurgo en los sagrados recintos las noticias y maleficios en las brumas del corazón
Preparo brebajes nocturnos para angustias y congojas Y sigo las huellas de huracanes adolescentes por sus quejidos de amor
En los rumores de la floresta palpo la magia y el encanto de las grandes primaveras y escruto los jeroglíficos del sueño en serpientes y mujeres
Sé por los vientos alisios y sus signos de cenizas del arribo de las estaciones y el vuelo ritual de los pájaros en celo
Envio cartas sin destino para doncellas atormentadas y recibo los mensajes de luz de remotas estrellas
Pongo mis oidos sobre la tierra y presiento la cópula original de las hordas milenarias con sus ojos puestos en Orión
Por el olor de las comidas descubro los quebrantos de amores no correspondidos y las vías secretas de cartas sin fragancia que marchitaron su esplendor en los olvidados jardines de la memoria sin nido
Conozco unguentos y cataplasmas para corazones extraviados en el brumoso ocaso del invierno canto loas y alabanzas entre litúrgias y candelabros para el encuentro secular de los amantes Finalmente aclaro a las bellas señoritas encantadoras señoras y gentiles caballeros que no hago milagros
que no soy el ungido sino un escribano de oficio que espera las goletas de la nostalgia para partir al origen de los siglos en busca de su primer amor y ahogar en las tardes de estío los delirios de su corazón aún enamorado. Asdrubal Caner Fratello |