viernes, 1 de junio de 2007

Anuncio del escribano


Descifro ritos cartománticos

espanto dudas de amor

escribo cartas para

amores contrariados

leo los surcos de las manos

y vislumbro

entre nieblas y penumbras

la palidez

de la rosa naútica


Describo los hechizos

de las mareas

y reconozco

por el vuelo de las gaviotas

los posibles encuentros

de amores imposibles


En los turbios atardeceres

de los puertos

huelo el salitre

y determino

con la precisión del asesino

las crepitaciones

del amor sin freno


Hurgo en los sagrados recintos

las noticias y maleficios

en las brumas del corazón


Preparo brebajes nocturnos

para angustias y congojas

Y sigo las huellas

de huracanes adolescentes

por sus quejidos de amor



En los rumores de la floresta

palpo la magia y el encanto

de las grandes primaveras

y escruto los jeroglíficos

del sueño

en serpientes y mujeres


Sé por los vientos alisios

y sus signos de cenizas

del arribo de las estaciones

y el vuelo ritual de los

pájaros en celo


Envio cartas sin destino

para doncellas atormentadas

y recibo los mensajes de luz

de remotas estrellas


Pongo mis oidos sobre la tierra

y presiento la cópula original

de las hordas milenarias

con sus ojos puestos en Orión


Por el olor de las comidas

descubro los quebrantos

de amores no correspondidos

y las vías secretas

de cartas sin fragancia

que marchitaron su esplendor

en los olvidados jardines

de la memoria sin nido


Conozco unguentos y cataplasmas

para corazones extraviados

en el brumoso ocaso del invierno

canto loas y alabanzas

entre litúrgias y candelabros

para el encuentro secular de los amantes

Finalmente aclaro

a las bellas señoritas

encantadoras señoras

y gentiles caballeros

que no hago milagros


que no soy el ungido

sino un escribano de oficio

que espera las goletas

de la nostalgia

para partir al origen

de los siglos

en busca de su primer amor

y ahogar en las tardes de estío

los delirios de su corazón

aún enamorado.

Asdrubal Caner

Fratello